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Cada día nos encontramos con más personas que por distintas razones les gustaría abrir un establecimiento franquiciado en vez de hacerlo de forma propia. La razón principal reside en la experiencia, trayectoria y seguridad que les aporta alguien que se llama Franquiciador y que empezó siendo un emprendedor que después de batallar para conseguir un modelo de negocio rentable, se responsabiliza con otro emprendedor para trasladarle todos sus conocimientos adquiridos de su experiencia empresarial.

El franquiciado busca las mayores garantías de obtener el éxito, sin tener que arriesgar en una idea de negocio que inicialmente le genera incertidumbre en algunos aspectos como la propia demanda del productos o servicios, imagen, gestión del negocio, proveedores, etc….

De esta forma, el enfoque, energía y predisposición del franquiciado se convierte en algo positivo puesto que en todo momento se verá acompañado por la estructura y cobertura de su “Tutor” que será el responsable de convertirle en un nuevo empresario fiable y seguro.

En una Franquicia todo está probado, analizado y experimentado anteriormente, evitando que el franquiciado tenga que pasar por aquellos errores que por lo general solo generan pérdidas de tiempo y dinero. A fin de cuentas el franquiciado es un empresario que salta con red y arneses al mundo empresarial.

El Franquiciador pondrá a su disposición su cobertura empresarial como son sus proveedores competitivos, precios de escala, imagen corporativa, personal, gestión informática, experiencia, publicidad de marca, etc….

Así, el soporte desde la Central Franquiciadora es imprescindible para los franquiciados, ya que nunca podrán sentirse solos o desorientados en su carrera empresarial, contando con respuestas a su gestión diaria y a las ventajas y beneficios de marca que la propia Central Franquiciadora se encargará de conseguirles.

 

Carlos Rodríguez Baz / Director de Expansión y Proyectos de Franquicia

 

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